¿Por qué soy docente?

 

Reconozco diversas razones por las que me dedico actualmente a la docencia y entre ellas destacan, sin duda la influencia de maestros que fueron para mí motivo de orgullo y superación. 

 

Cuando era un niño de 9 años, mi abuelo me preguntó: ¿Hijo qué quieres ser de grande?

Yo no tenía duda y conteste: Me gustaría ser maestro.

Su respuesta fue contundente:

"Los maestros siempre son maestros y los alumnos siempre son más".

 

Muchos años después comprendí que mi vocación era justo esa: promover que los estudiantes lograran ser más y mejores.

 

Soy profesor desde hace 20 años, 14 de los cuales me he desempeñado en la Universidad de Guadalajara, donde sigo disfrutando de mi labor con responsabilidad y compromiso.

 

Sin duda, el proceso educativo debe fortalecerse con un andamiaje sólido, pero debe nutrirse con un mucho de pasión. Podemos y debemos ser mentores que den lo mejor de sí para lograr un desempeño y crecimiento sobresaliente para y de nuestros estudiantes.